Un accidente hace cuatros años y una lenta recuperación fue el inicio para que Pepe Soho comprara una cámara y empezara a captar imágenes de su “depresión profunda”. Su hobbie, como en un principio lo llamó, con el paso del tiempo daría forma a Mystika, la experiencia inmersiva que se encuentra en la entrada de las pirámides de Tulum.

El museo “que se ve y se vive con el corazón, más que con los ojos”, como lo describe su creador, llegó hasta la Expo 2020 Dubái, al Pabellón de México. “Es una experiencia visual, espiritual, de transformación personal, donde realmente el espectador ve experiencias, pero también hará un recuento con él mismo porque mucho de Mystika habla de salir adelante de una situación difícil; es un museo con muchos mensajes de superación personal que toca fibras muy profundas. La mayoría sale llorando”. 

Mystika, que se podrá visitar hasta el 30 de marzo de 2022 en Dubái, es una celebración a la naturaleza y al espíritu humano, pues entre sus imágenes se pueden observar pirámides, mariposas monarcas —símbolo de transformación—, ballenas, caballos. Representaciones que, desde la visión de Pepe Soho, la gente se puede identificar con ellas por sus diversas características.

Bernardo Noval, uno de los organizadores “fue a Mystika y enloqueció con las instalaciones, y me hizo la oferta de llevarme a Dubái, que es la exposición más grande del mundo y que se hace cada seis años. En seis meses estaba construida e inaugurada la exposición”, expresó Soho.

“Las instalaciones de Mystika están representando a México en Dubái”. Sin embargo, puntualizó el artista, quien viajará a Dubái en los próximos días, también está el trabajo de Betsabeé Romero, “que hizo la fachada, además de las creaciones de varios artistas que Bernardo ensambló para hacer algo especial”.