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La ilusión no viaja en el @MetroCDMX

por Felipe León López
11-05-2021

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Felipe León López

 

Tenemos aún grabados, en nuestra mente y corazón, los llantos de desesperación e impotencia de la madre de Giovani, el viajero de 12 años que el derrumbe del metro se lo llevó. Su vida quedó ahí, entre los escombros, entre los tubos, láminas y demás cuerpos de personas que murieron, quedaron mutiladas o siguen convalecientes. Nunca lo vimos en vida, sólo su fotografía distribuida por su madre a todos los que pudiera. A ella la conocimos por las redes sociales, por los canales de televisión y de internet que difundían la imagen del niño con la esperanza de que siguiera vivo en alguna parte de la ciudad.

 

Sólo una madre sabe el dolor de perder un hijo, y algunos apenas podemos buscar a nuestras hijas o hijos para abrazarlos y evadir esa angustia que nos corroe con el dolor ajeno. La tragedia de la línea 12 del metro nos puso en alerta de que somos muy vulnerables ya no sólo por el vacío de autoridad ante el crimen, sino ahora por la corrupción que ha construido y permitido que ocurran estas desgracias; porque no son incidentes ni producto de la furia de la naturaleza, sino omisiones y comisiones de funcionarios que tienen nombres y apellidos.

 

Nos sentimos impotentes porque los responsables son las autoridades, porque el mensaje que nos dan es que nuestras vidas no les importan ni les han importado; para ellas y sus partidos, sólo somos votos y clientes electorales.

 

Ahora nos quieren ofrecer justicia, “tope a donde tope”, cuando sabemos con anticipación que no llegarán más allá de sus vendettas políticas contra sus adversarios o con chivos expiatorios. Lamentablemente la credibilidad del discurso del poder político es nula, así traigan y creen o importen de otros países comisionados técnicos o científicos. Eso lo saben Claudia Sheinbaum y Jesús Ramírez Cuevas, y, sin embargo, en lugar de machacar con datos concretos e información oportuna, operan como en el viejo régimen, ordenando a voceros oficiosos a desviar la atención y a crear tesis conspiracionistas que repiten como robots.

 

Más aún, la jefa de Gobierno no tiene un protocolo para el manejo de la crisis, como es evidente en toda su comunicación digital, tan cargada de troles aduladores que impiden el diálogo circular con los ciudadanos y víctimas del derrumbe. A estas alturas, por ejemplo, no se explica por qué, en su anuncio de investigar a fondo las causas de la desgracia, no hayan invitado a asociaciones vecinales, a colegios de ingenieros civiles, a peritos mexicanos independientes, comunicadores, en fin, a los ciudadanos de la capital del país a realizar el acompañamiento en las indagatorias y evitar la suspicacia de los resultados.

 

La ciudadanización de las indagatorias para crisis de esta naturaleza es obligada para los regímenes democráticos y transparentes. Claudia Sheinbaum tiene que operar rápido y llamar a la invitación, no podría cargar para la posteridad con la suspicacia que arrojen los resultados del comité noruego, con los inoportunos comentarios del titular del Ejecutivo federal, o descalificada por los datos que han comenzado a surgir a raíz del análisis de la Cuenta Pública 2019 y 2020 de la CDMX, de las recomendaciones de la ASF o de análisis de mala fe que circulan ya en redes sociales y algunos portales.

 

Por otra parte, es importante apuntar que durante años el suroriente de la Ciudad de México ha sido la más marginada, la más castigada y la que más ambicionan los partidos políticos; llámese agua potable, servicios, seguridad, transporte público, y sobre todo, invasiones permitidas por delegados y alcaldes.

 

Al suroriente han mandado los tiraderos de toda la ciudad; han sido recibidos quienes son desplazados de las zonas céntricas del Valle de México, lo mismo damnificados y que quienes no alcanzan para una vivienda cerca de sus lugares de trabajo. La línea 8 que corre del metro Constitución de 1917 a Garibaldi y luego la ruta de la mal llamada “línea dorada” de Tláhuac a Mixcoac fueron suspiros de que había un poco de justicia para las colonias de Iztapalapa y Tláhuac, además de beneficiar al Valle de Chalco y Chalco del Estado de México. Sin embargo, parece que una vez más fue una tomada de pelo y se ha dado un trato inhumano al ser construidas con mala calidad.

 

Las personas que murieron y las que apenas sobrevivieron, y por la memoria de Giovani, merecen ser tratadas con respeto por las autoridades de la CDMX, de la Federación, los partidos políticos y los activistas, tanto territoriales como de redes sociales. Es momento de que la jefa de Gobierno saque el temple y tenga el poder responderle a todas las víctimas y sus familias.

 

Aquí hay nombres de personas, no son estadísticas. Tienen identidad, historia, familia y un trabajo que hacer: Juan Pérez Medina, 59 años; José Eduardo Iturbe Gómez, 29 años; Jesús González García, 63 años; Hans Emanuel Serrano López, 39 años; Carlos Eduardo Castillo, 30 años; Elvia Sánchez Jiménez, 53 años; Sergio Antonio Barrera, 50 años; Filiberto Vergara López, 56 años; María Concepción Huerta Hernández, 63 años; Luis Gerardo González Díaz, 30 años; Sergio Huerta Hernández, 60 años; Raúl Alejandro Barrón Arizmendi, 34 años; Leonardo Bastida Vázquez, 45 años; Alan Omar Ferruzca García, 29 años; Martín López Ortíz, 54 años; José Díaz Sánchez, 36 años; Juan Carlos Habelino Díaz de 37 años; Ricardo López Morales de 30 años; Isela marbella Paniagua de 28 años; Gerardo Águila Zalazar de 39 años;  Remigio Galloso Rosales de 43 años;  José Miguel Olarte Santos de 37 años; Juan José Juárez Moctezuma de 25 años;  Francisco Javier Mariano barrera de 38 años; Amalia Soto Hernández de 48 años; Gerardo Aguico Zalazar de 44 años; Mónica Ramírez Álvarez de 43 años;  Allan Barrera Mangares de 30 años; Enoc Santos de 28 años; Juan Galeana Castillo de 45 años; Eduardo Mireles Vázquez de 44 años; Armando Godimes Alvarado de 42 años;  Mario Sánchez Pérez de 48 años; Evelin Xiomara Ramírez Bomilla de 40 años: Nancy Ramírez Álvarez de 44 años: Maribel Vivas Ibarra de 27 años; Adriana Carnaval Velázquez de 21 años; Humberto Cruz Elías de 34 años; Roberto Galindo Martínez de 34 años; Gabriel López Jiménez de 21 años;  Patricia Torres Díaz de 35 años; Maribel Vigas Ibarra de 27 años; Sergio Santiago Fino de 38 años; Silverio Leobardo García de 28 años; Oscar Reyes Calzada de 34 años; Rosa María Estrada de 49 años: Ezequiel Ávila Ruiz de 56 años: Manuel Flores Ibarra de 31 años; Rafael Escobedo Ruiz de 43 años: Yazmín Sixto de 27 años; Tania Lezama Salgado de 15 años; entre otros más que fueron víctimas de la negligencia.

 

 

Contacto: feleon_2000@yahoo.com