Cuando llega la edad fértil, el aumento de estrógenos provee a la vagina de un ambiente más rico en glucosa, y los lactobacilus del intestino migran y colonizan la vagina transformando la glucosa en ácido láctico lo que produce un ambiente ácido, estos lactobacilus y el ambiente ácido que generan son una barrera defensiva para evitar infecciones. Un desequilibrio de la microbiota vaginal puede favorecer la aparición de infecciones vaginales.
La microbiota vaginal cambia por la influencia del medio ambiente: los cambios hormonales, la conducta sexual, hábitos higiénicos, la toma de antibióticos, el estado de salud general,… también el desequilibrio en la microbiota intestinal puede desequilibrar la vaginal (ambas microbiotas están íntimamente relacionadas), de ahí que también sea importante una dieta equilibrada que garantice un buen equilibrio de las bacterias del intestino.
Por todo esto, para la prevención de infecciones vaginales es necesario tener una microbiota vaginal equilibrada, para lo cual sería importante: tener una dieta equilibrada, una higiene que evite los excesos de lavados y/o productos químicos en el área genital, evitar productos químicos como toallitas húmedas o geles inapropiados, favorecer la transpiración evitando ropa interior de tejidos sintéticos. Para mujeres con tendencia a infecciones vaginales, además de estas medidas, existen suplementos que cuidan de la microbiota vaginal aportando probióticos y vitamina A, contribuyendo al mantenimiento saludable de las mucosas y al funcionamiento normal del sistema inmunitario.