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Mitholz, la tranquila ciudad suiza que enfrenta una bomba de tiempo

por Enrique Herbert C.
09-08-2021

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Mitholz, con una población de tan solo 170 habitantes, es -a primera vista- un lugar idílico ubicado en el hermoso valle suizo de Kander. Pero su trágica historia ha regresado para acosarla.

Las casas de este poblado, cubiertas por geranios, son los clásicos chalets de madera rurales, muchos de ellos, todavía, con espacio para que la gente habite en la parte de arriba y establos abajo para los animales de granja.

Es un estilo que puede verse en todos los Alpes, donde algunas casas tienen 200 0 300 años de antigüedad. Pero no en Mitholz. Aquí todas las casas tienen la misma fecha de construcción: 1948.

Algunas muestran inscripciones: "Me reconstruyo a partir del horror" o "Lo que fue destruido en un momento no puede volver. Ahora miramos adelante con esperanza".

"Yo tenía 12 años. Mi madre, mi abuela y yo estábamos dormidas. Se produjo una enorme explosión. Vimos fuego por todos lados y mamá dijo: '¡Tenemos que salir!'", recuerda Ida Steiner, en la mitad de la única calle de Mitholz

"Corrimos en medio de la noche, había mucha nieve. Mi madre cargaba a mi abuela en su espalda".

La explosión se produjo en un depósito de municiones del ejército suizo de la Segunda Guerra Mundial, que estaba enterrado en una montaña en las alturas de Mitholz.

Se suponía que era seguro, pero en diciembre de 1947 unas 3.000 toneladas de explosivos volaron por el aire. Fue, en ese momento, la mayor explosión no nuclear del mundo.

La explosión se escuchó a 160 kilómetros, en Zurich. Las casas de Mitholz fueron destruidas, la nieve se volvió negra. Nueve personas murieron, muchas más resultaron heridas.

La mayoría de las familias que viven en Mitholz han vivido allí por generaciones. Pero Sven Meier, que pasó la primera parte de su vida en la movida Zurich, se mudó aquí por la paz y la tranquilidad.

"La vida es diferente aquí, más relajada, sin estrés. Me siento en mi jardín y puedo ver las hermosas montañas, el pequeño río: naturaleza, no edificios, no calles", cuenta.

Lamentablemente, este idilio alpino está a punto de cambiar. Unas 3.000 toneladas de explosivos pudieron haber estallado en 1947, pero 3.500 toneladas siguen ahí.

"Nos han dicho que para sacarlas de la montaña, todos tenemos que salir", dice Sven.

La desconcertante noticia llegó luego de que un nuevo estudio geológico realizado por el Ministerio de Defensa suizo revelara que los restantes explosivos aún representaban, después de todos estos años, un riesgo.

Los funcionarios del Ministerio viajaron a Mitholz para comunicarles las malas noticias a la comunidad.

Miles de antiguas bombas y proyectiles serán removidos, pieza por pieza. Por su seguridad, los habitantes tendrán que ser evacuados, al menos, por 10 años.