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@ClaudiaShein contra la rebelde CDMX

por Felipe León López
19-06-2021

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Felipe León López

 

El 6 de junio muchos levantamos las cejas cuando leímos los primeros resultados del PREP adversos a MORENA en varias zonas la Ciudad de México. La cara de la jefa de Gobierno horas después me hizo recordarla enojada hace más de 30 años, cuando compartíamos la misma lucha en el Consejo Estudiantil Universitario, siempre al lado de su entonces pareja, Carlos Ímaz, quien era uno de nuestros líderes y nos arengaba para apoyar su plan de acción para echar atrás las reformas del rector Jorge Carpizo. Si la asamblea estudiantil le era adversa, Claudia secundaba a Carlos en sus argumentos. Así pasó siempre hasta que el escándalo del otro Carlos, Ahumada, le explotó en bolsas del mandado llenas de dólares. Entonces Sheinbaum se apegó totalmente al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. 

 

No quiero decir que Claudia Sheinbaum no tenga pensamiento político propio o que tenga que depender de un liderazgo más fuerte para sobresalir. Sin duda es la mujer más preparada y con la única con una trayectoria de izquierda sólida y real, a diferencia de las y los conversos de otras corrientes político-partidistas a la autollamada 4T. 

 

Por esta razón nos sorprendieron mensajes enviados por ciberactivistsa y cuentas oficialistas en redes sociales y de portales subsidiados por la federación y la CDMX, que acusaban que la capital del país estaba virando a la derecha, que el conservadurismo había ganado terreno. El problema fue que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador se apropió del discurso y desde el 7 de junio, respondiendo a un “meme”, ha arremetido contra las clases medias del Valle de México.

 

Para algunos es un error esta lectura que, desde las mañaneras, se ha dado como buena de que la CDMX avanza hacia el conservadurismo porque las clases medias y altas tienen una actitud “aspiracionista” y son egoístas y creyeron campañas "negras" y que son manipuladas por los medios de comunicación.

 

¿Estos ataques diarios a las clases medias aspiracionistas prefiguran la estrategia de AMLO para que el 2024 los ciudadanos elijan entre “el partido de los pobres” y “el partido de los aspiracionistas clasemedieros”? Una polarización absurda, pero con cierta lógica, porque en el análisis de geointeligencia electoral se aprecia con claridad que el llamado “voto verde” de las zonas rurales, que por décadas capitalizaba el PRI, ahora ya vota por MORENA y en las zonas de mayor rezago en desarrollo humano, la preferencia también se inclinó por esta opción política. 

 

El declive electoral del MORENA en la CDMX tiene causas más profundas que el presidente, la jefa de Gobierno y su partido no aceptan, y se equivocan gravemente al debatir sobre los “memes” (aunque usted no lo crea) que quisieron satirizar una ciudad dividida en dos, y acusar al voto de castigo como un “giro” a la derecha o que hay una maquinaria mediática capaz de vencer la avalancha del poder informativo del gobierno federal. 


Los números finales de la elección pueden ser engañosos, tanto para MORENA como para los opositores. Sí, hubo un declive y ventanas de oportunidad que los partidos adversos a la autollamada 4T supieron aprovechar como se aprecia en los mapas de @MeanySuarez. Sin embargo, soslayan que hay una realidad ineludible: un 64 por ciento de ciudadanos siguen siendo leales al proyecto político lopezobradorista y, si se sopesaran más, como registró El Financiero, un 86 por cierto por ciento de los ciudadanos de nuestra ciudad se identifican como “de centro- izquierda”.


Y así es la Ciudad de México, la ciudad de todos los mexicanos, en donde caben muchas expresiones políticas y sociales es, ante todo, progresista. Desde muchos años incluso atrás de 1968 ha tenido mayoritariamente una tendencia a lo cosmopolita y estar acorde con los movimientos progresistas del mundo y del país, siendo tolerante e integrante de todas las culturas y formas de pensamiento. Esa condición de nuestra ciudad nos ha dado el privilegio de tener jefes de gobierno originarios de Michoacán y de Tabasco en la época democrática, y en la era de las regencias nos eran impuestos funcionarios de otras partes de la República.

 

Aquí han sido bien recibidos ciudadanos del exilio español, familias expulsadas por el nacismo o el fascismo. Igual recibimos a exiliados de las dictaduras de Argentina, Chile, Bolivia, Venezuela, El Salvador, Guatemala o Nicaragua, por citar algunos. Incluso, en la próxima Legislatura del Congreso local, por ejemplo, tendremos a un ciudadano dominicano naturalizado mexicano representando a MORENA. En esta ciudad se han incubado a movimientos revolucionarios como los de Cuba, Nicaragua, Guatemala o El Salvador. 

 

En 1985 el movimiento urbano popular surgido de los sismos de ese año hizo renacer la democracia para que años después pudiéramos elegir libremente a nuestros gobernantes sin ser designados al interés o amiguismo del presidente de la República. Y desde las elecciones de 1988 la CDMX vota mayoritariamente por las izquierdas, porque aquí estaban vivos los partidos de izquierda legendarios como el marxista-leninista PCM, el trotskista PRT o el PMT de Heberto Castillo, los cuales después darían vida al PRD, el PT, el PSD y nutrieron gran parte de lo que hoy es MORENA.

 

La lectura de que hay dos ciudades y que están confrontadas no sólo es maniqueo sino irresponsable y, digamos, hasta una actitud de despecho de los voceros morenistas que replican esta deformación de la interpretación de los datos de las elecciones. 

 

Sí, sin duda hay un quiebre en las preferencias políticas producto de muchos factores que los perdedores deberían comenzar a analizar a fondo: el desgaste de los gobiernos locales de MORENA (encabezados por varios cuadros que ya venían quemados desde que eran PRD);  los acuerdos de cúpulas para imponer candidatos (IDN, por ejemplo); la mala selección al reciclar cuadros que ya no representaban más que a sus propios intereses (en la Cuauhtémoc, en Álvaro Obregón, en Tlalpan, en Coyoacán, entre otros); un vacío absoluto de la clase política para entender la situación económica derivada por la crisis del covid como pasó con el cierre de miles negocios, la crisis crediticia de los comerciantes, miles de desempleados y, esos moditos de reclamar el voto reiterando “no somos iguales” cuando seguían actuando de la misma manera. 

 

Regreso a la imagen de Claudia estudiante de la Facultad de Ciencias, al lado de su compañero y cómplice de aventuras, encabezando un mitin para tirar línea a todos los activistas de la UNAM. Aunque ya no están juntos sigue operando con los mismos compañeros ceuístas de entonces, según se puede leer en los comunicados de los funcionarios asignados para acompañarla en su gobierno.

 

La veo como académica rígida, seria y poco afable. Y luego la vimos como una de las jefas de las llamadas “adelitas” que formó Andrés Manuel para la defensa de la soberanía energética cuando la reforma calderonista de 2008. Ni como estudiante ni como científica, académica ni aguerrida activista la vimos en posición de simulación. Sin embargo, ahora como jefa de Gobierno, el segundo puesto de elección popular de mayor peso político después de la Presidencia de la República, le han buscado construir una imagen pública que cae en lo burdo porque la principal recordación es en el metro: limpiando letreros, viajando, supervisando… y con gracias a esa premonición que no tienen sus publicistas ocurren las peores desgracias: el Sistema de Transporte Colectivo Metro se le cae a pedazos, siendo la Línea 12 el clímax de una crisis que no ha sido digerida.

 

En este sentido, acusar interés de clase o voto clasista y no un voto de castigo por esas actitudes tan falsas, resulta tan falaz como poco serio de parte de los perdedores quienes debería hacer una revisión interna, autocrítica y de humildad para reconocer que se equivocaron y comenzar a corregir el rumbo para los próximos mil días que les quedan de camino, que parecen muchos, pero ya es la mitad y el tiempo apremia. Para Claudia, sin duda, le queda poco tiempo para ser ella misma, demostrar temple, autonomía de pensamiento y capacidad de dirección política. 

 

PD: Recomendamos para una lectura geoelectoral más precisa el análisis de Tonatiuh Suárez Meany, Coordinador de impacto social Plurmac. POLIS AL CUADRADO. ¿La metróPOLI está POLIticamente dividida? En le portal CentroUrbano.com. 

 

Contacto: feleon_2000@yahoo.com