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La última palabra

por Jorge A. Martínez Lugo
26-01-2022

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Cada sucesión gubernamental tiene sus propias fuerzas que marcan el rumbo. Joaquín Hendricks fue el primer gobernador que puso gobernador, porque no tenía que rendir cuentas al presidente y como auténtico virrey, designó a Félix González en 2005.


Éste a su vez pudo hacer lo mismo y ungió a Roberto Borge, en 2011, sobre quien siguió gobernando tras bambalinas. Tampoco tuvo que rendir cuentas al presidente, pero empezó a tener cuña. 


El pacto Félix González-Jorge Emilio González, fue una manzana de oro envenenada. Le permitió a Félix operar su propia sucesión y hasta ingresar a las grandes ligas de los negocios, además del saqueo.


En contra prestación, Jorge Emilio comenzó a organizar la toma de Quintana Roo. Vino a vivir al departamento de alta gama, Torre Emerald piso 19.


Fue Félix quien lo protegió cuando la mujer de origen búlgaro, Galina Chankova Chaneva, en abril de 2011, cayó de ese departamento y se hizo pasar como suicidio, durante aquella nefasta madrugada de fiesta, en la que nunca se habló de homicidio y la carpeta fue archivada.


En la sucesión de 2016 se generó una de las primeras tensiones del pacto de marras. El viejo niño verde comenzó a acariciar la real posibilidad de gobernar Quintana Roo, no solo tener el control de Cancún.


Esa ambición les costó a ambos la gubernatura; cegados y cebados hasta la lascivia, el gallo de Félix-Borge, José Luis Toledo no aceptó las exigencias de Jorge Emilio, quien ya exigía también el control del Congreso. Mauricio Góngora aceptó con gusto.


Así llegó el gobierno del cambio fallido, que traicionó a un pueblo harto de tanto saqueo. El PRI perdió, pero Jorge Emilio ganó. Y siguió amasando poder, al pactar con Carlos Joaquín su gobernabilidad del Congreso y mantener para él, el control de Cancún.


En este contexto, Jorge Emilio, el rey de los pactos, se acomodó con Andrés Manuel, a través de su pupilo viejo-niño verde, Mario Delgado, presidente nacional de Morena. Doble pacto: a nivel nacional con Morena y a nivel estatal con CJ.


La sucesión de 2022 le favorece más que nunca. Seguirá controlando Cancún y ahora todo Quintana Roo a través de su otra pupila, Mara Lezama. El pacto original con Félix está en el limbo, pero los intereses pueden regenerarlo.


Ahora está la “operación cicatriz” pero el tema es de mucho más fondo. En el (re) pacto, Jorge Emilio lleva mano y va a utilizar todo el brazo.


¿Qué va a pasar en esa relación, en la que dos hermanos se quieren seguir comiendo el pastel, pero uno de ellos quiere la mitad más grande?


¿En qué momento uno de los dos tomará una costilla y le romperá el cráneo al otro?


¿Quién será Caín; quién será Abel? ¿Félix o Jorge Emilio?


La sucesión por la gubernatura en Quintana Roo, apenas empieza, y Mara Lezama está en medio de una guerra que no es necesariamente suya. 


El tema es más profundo que una simple “operación cicatriz”. Caro lector, usted tiene la última palabra.