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Mitos sobre el sexo en el embarazo

por Redacción
14-10-2021

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Tendemos a pensar en las relaciones sexuales y el embarazo como mutuamente excluyentes. Sin embargo, basta conocer este tema un poco más a fondo para comprobar que partimos de mitos o creencias erróneas, como por ejemplo:

1. El sexo en el embarazo puede dañar al bebé

Una de los mitos/tabúes más frecuentes (sobre todo por parte de los futuros papás) es si el sexo con penetración (coito) puede hacerle daño al bebé. Pues bien, debemos aclarar que esto es prácticamente imposible por diversas razones. Durante las relaciones con penetración, el pene del hombre no llega a alcanzar directamente el bebé. En el embarazo, el feto está perfectamente protegido por el saco y el líquido amniótico, por un tapón mucoso en el interior del cuello del útero así como por los propios músculos de la pelvis y del útero, por lo que prácticamente ninguna actividad sexual puede dañarle con facilidad.

2. El sexo en el embarazo duele

Con frecuencia, uno de los peores enemigos de la satisfacción sexual en la mujer es el temor al daño físico (vaginismo, dispareunia…). En el caso del embarazo, este miedo es aún mayor por el temor añadido a dañar al bebé. Pues bien, he aquí un dato constatado: muchas mujeres han podido comprobar cómo al conseguir eliminar este temor y abrir la mente a nuevas prácticas o posturas sexuales, han conseguido experimentar un orgasmo por primera vez, vivirlo de forma más intensa que fuera del embarazo o incluso tener orgasmos múltiples. Todo ello, además, repercute positivamente en el clima general de la relación de pareja.

3. El sexo en el embarazo provoca el parto prematuro

Tras el coito vaginal, es frecuente que aparezcan contracciones uterinas, pero éstas suelen ser leves y van a desaparecer tras un periodo de tiempo. Estas contracciones se van a producir porque, durante el coito, al igual que ocurre con la estimulación de los pezones, se acelera la producción de oxitocina, hormona inductora de las contracciones, junto con las prostaglandinas. Sin embargo, está constatado que la actividad sexual no adelanta la llegada del parto por tanto, estas contracciones difícilmente van a acabar desencadenando el inicio del parto (incluso cuando estamos cerca de nuestra fecha probable de parto). Las contracciones que se producen por la estimulación del coito y/o la eyaculación de semen en la vagina, suelen ser irregulares y tolerables.


4. El sexo oral u otras prácticas sexuales son peligrosas durante el embarazo

Nada más lejos de la realidad. Especialmente en los últimos estadios del embarazo (donde puede haber más temor al coito), se presenta la oportunidad perfecta para explorar nuevas sensaciones y descubrir nuevas prácticas sexuales placenteras, a solas o en pareja.

Las terminaciones nerviosas de la mujer están más sensibles. Es el momento perfecto para disfrutar del placentero poder de las caricias, en su sentido más amplio, así como de una sexualidad no exigente y abierta a actividades agradables como baños en pareja, abrazos, masajes sensuales, masturbación, juegos eróticos y de seducción, etc.

El sexo oral puede ser una alternativa, aunque en realidad, las opciones son infinitas, ya que conviene recordar que toda la piel que recubre nuestro cuerpo es potencialmente sensible al placer, y por lo tanto, la totalidad de nuestro cuerpo y, sobre todo, nuestro cerebro, -el gran procesador del placer-, pueden ser considerados erógenos.

En cuanto al sexo anal, no existe contraindicación obstétrica expresa que lo restrinja. Por lo general no suele practicarse durante este periodo por la incomodidad que suele generar la presencia de hemorroides (muy común durante el embarazo) y en el caso de que se practique, se debe realizar siempre con precaución de no realizar coito vaginal después. Esto podría originar una infección por contaminación bacteriana.